lunes, 3 de enero de 2011

Jesucristo, el Sumo Sacerdote


En el antiguo testamento (o antiguo pacto), el pecado era quitado ofrendando carneros a Jehová que lo entregaban al sacerdote para que haga expiación por el pecado y de ésta manera, Dios perdonaba al Pueblo sus faltas, por el derramamiento de la sangre de animales.




"14Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 15 Cuando alguna persona cometiere falta, y pecare por yerro en las cosas santas de Jehová, traerá por su culpa a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación en siclos de plata del siclo del santuario, en ofrenda por el pecado. 16 Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado, y será perdonado. 17 Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado. 18 Traerá, pues, al sacerdote para expiación, según tú lo estimes, un carnero sin defecto de los rebaños; y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por ignorancia, y será perdonado. 19 Es infracción, y ciertamente delinquió contra Jehová." Levítico 5.14-19




Las personas debían cumplir los mandamientos de Dios y en el caso de pecar, cada vez que cometieran faltas debían entregar sacrificios.




Pero en el nuevo testamento (o nuevo pacto) recibimos el perdón de un único sacerdote de una vez y para siempre, el cual se entregó a si mismo como sacrificio vivo para que podamos ser salvados de la muerte eterna, éste es Jesucristo.




"23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre."


Hebreos 7.23-28




Por eso es que al morir Cristo en la cruz, ya no necesitamos de sacerdotes porque Jesucristo es quien intercede por siempre por nosotros una vez que hemos recibidos su perdón. Solo a él debemos pedirle perdón, porque El será nuestro abogado defensor, fiel y justo, para perdonarnos. (1Juan 2.1-2).




"1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo."


1Juan 2.1-2




De ahí que la Iglesia Católica está equivocada, profesando una falsa doctrina, siguiendo el pacto antiguo y a inventos del hombre sin adecuarse a la Palabra de Dios.




"24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan."


Hebreos 9.24-28




También quiero destacar que Solo Cristo es el único que intercede por nosotros, porque así lo dice la Palabra de Dios; ni santos beatificados, ni vírgenes, ni figuras de madera, bronce o arcilla o imágenes (las cuales no tienen aliento de vida sino que son creadas por el hombre) pueden lograr que tengamos comunión con Dios o pueden ser capaces de interceder por nosotros. Solo Jesús puede hacerlo, mediante su muerte, en esa cruz recibimos su perdón y tendremos comunión con el Padre, recibiremos el Espíritu Santo y tendremos vida eterna. Solo Jesucristo es la puerta al cielo, quien puede perdonarnos de pecado y lavarnos de toda maldad. Una vez limpios y salvos, el creyente puede acercarse al trono de gracia para recibir perdón todas las veces que sean necesarias para purificarnos cada día.




"5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo." 1Timoteo 2.5




"6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí"


Juan 14.6




Dios es un Dios celoso, es por eso que Juan nos alerta diciendo muy dulcemente:




"Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén" 1Juan 5.21




Por Vale



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